viernes, 7 de mayo de 2010

CAPÍTULO 19 (PARTE 1)

"I was her. She was me. We were one. We were free. If there’s somebody calling me up, she’s the one
Mi móvil me despertó. Reconocí la melodía, era la que sonaba cuando Britney me llamaba. Intenté no moverme demasiado ya que Vero seguía dormida y estaba abrazada a mí, apoyando su cabeza en mi hombro y pasando un brazo por encima de mi cintura. Estiré el brazo que me quedaba libre para alcanzar el móvil.
- ¿Sí?
- Amy soy yo.
- Ya lo sé cariño. ¿Pasa algo?
- ¿Puedes abrirme? Estoy en la puerta.
- ¿De mi casa?
- Sí.
- Voy.
Colgué. Cogí suavemente el brazo de Vero intentando apartarlo despacio. Bajé de la cama por la parte de abajo para no tener que pasar por encima de ella. Corrí por el pasillo y abrí la puerta, dejando entrar en casa una corriente de aire frío. Me dio un escalofrío porque aunque llevaba un pantalón largo de pijama de invierno, la camiseta era de tirantes.
- ¿Qué haces aquí? – dije abrazándola. Pero no le di tiempo a contestar porque la besé antes, agarrándola por la cazadora blanca que llevaba abierta y metiéndola en casa.
Fue al separarme cuando vi la venda que trataba de tapar con el flequillo. Tocándole el borde de ésta pregunté:
- ¿Qué ha pasado?
- No es nada, tranquila…Me pasé la noche mareada, yendo al baño. Y una de las veces me desmayé, perdí el conocimiento y me caí, me di con la puerta… de ahí esto – dijo señalándose la frente de forma irónica – Me han tenido que dar dos puntos, aunque dicen que no me va a quedar marca, y tuve que pasar allí la noche, en observación por el golpe.
- Mierda. ¿Y por qué no me avísate antes? – dije abrazándola de nuevo.
- ¿Para qué? Eran las tantas de la madrugada y además ya estaban mis padres, no era como si estuviera sola…
- Vamos al salón, que Vero aún está dormida.
Se quitó la cazadora y nos sentamos en el sofá abrazadas.
- ¿Vienes a clase?
- Sí, paso de quedarme en casa otro día y además estoy mejor. Mis padres se tuvieron que ir ya al trabajo por eso vine, no querían que me quedara sola.
- Normal.
Puso los ojos en blanco.
- Nos preocupamos por ti… eso no es tan malo.
- Ya lo sé – dijo sonriendo.
- Cambiando de tema; vas a tener que esperar a que nos vistamos y eso que aún es pronto.
- Yap. No pasa nada, estoy contigo.
La besé. A veces era tan dulce…
Al poco tiempo vino Vero, que al parecer sí se había despertado.
- Buenos días – dijo bostezando y estirándose.
- ¿Desayunamos algo antes de que se levanten los demás?
Vero asintió, no era de muchas palabras cuando se acaba de levantar.
- Yo también tengo hambre que no tomé nada aún – añadió mi novia.
Preparé café para las tres y para mi madre y mis hermanos (cuando se despertasen) mientras Britney untaba un par de tostadas con mantequilla y Vero llevaba galletas.
- ¿Dormiste bien?
Vero esperó un segundo más antes de beber y dijo con una media sonrisa:
- Mucho.
- Y yo.
Seguimos desayunando las tres en silencio. El ambiente estaba algo raro, tengo que reconocerlo, pero tal vez era solo por el sueño.
- ¿De qué te ríes? – dijo Vero después de un rato. Y era cierto, tenía una sonrisa en la cara que no había podido evitar.
- De nada.
- Venga ¿De qué?
- De que…cuando me despertó Britney estabas muy mona durmiendo.
Sonrió sin saber que decir.
Britney se levantó a coger agua de la nevera.
A los diez minutos habíamos acabado de desayunar. Me levanté para recoger. Estaba apoyada en la encimera cuando Brit me abrazó por detrás, besándome el cuello. Era como una alarma para mí, un solo beso de ella, un solo roce y todo mi cuerpo se encendía, no podía evitarlo, no era algo que pudiera o quisiera controlar.
Vero se levantó arrastrando la silla.
- ¿Puedo darme una ducha?
- Claro, ven que te doy una toalla.
- ¿Esperamos en la cama hasta que salga? – dije girándome hacia Britney.
- Vale, te espero allí.
Me fui con Vero y me paré en el pasillo para coger una toalla en la cómoda. Se metió en el baño y yo me fui hacia la habitación. Al llegar Britney estaba sentada en la cama que no habíamos usado, con las piernas cruzadas.
Me tiré en la que estaba deshecha con los brazos estirados para que se tumbara a mi lado, pero en cuanto me fijé en su cara me di cuenta de que algo no iba bien.
- ¿Qué te pasa?
Me miró en silencio y pude apreciar en sus ojos una mezcla de rabia, tristeza y… quizás algo más… ¿reproche?
Por fin se decidió a responder:
- ¿Has dormido con ella? - ¡Era eso!
- Sí – lo dije como dando a entender que no veía donde estaba el problema.
- ¿En la misma cama? – su tono de voz empezaba a subir.
- Sí.
- ¡¿Has dormido con ella en la misma cama?!
Suspiré. No esperaba todo aquello.
- Es mi amiga… ya hemos hablado de esto…
- Y creía que habías entendido que me hace daño.
- ¿El qué?
- ¡Esto! Que hagas estas cosas con ella, que tontees con ella.
- ¡Yo no tonteo con ella!
- Ya… - dijo irónicamente.
Nos quedamos en silencio; un silencio incómodo, dañino, de alguna forma atronador.
- ¡Joder! – lo dijo como dándose cuenta de algo – Por eso antes le has dicho que cuando te desperté con el móvil estaba muy mona ¿verdad? Porque estaba abrazadita a ti…
No dije nada. ¿Había realmente algo que decir? Sí, estaba abrazada a mí. Y sí, estaba guapa. ¿Y qué? Yo en algún momento de aquella conversación, entre sus celos y reproches, me había perdido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario