martes, 15 de marzo de 2011

CAPÍTULO 32 (PARTE 5)

Veinte minutos después Britney había ido al baño y a ponerse algo más cómodo. Yo cotilleaba los libros y discos que los padres de Brit tenían en la estantería del salón. Y entonces lo vi; el CD de la banda sonora de "Tarzán", escrita e interpretada por Phil Collins. Y yo, fánatica de Disney como soy, lo saqué corriendo de la casaca y lo metí en la minicadena.
Cuando las primeras notas empezaron a sonar salté de alegría, literalmente. Canté las primeras frases a todo pulmón, a dúo con el intérprete británico.

Britney, levantando una ceja, me interrogó sin decir nada desde el umbral de la puerta. Fui a por ella, la agarré de las manos y la obligué a saltar conmigo. Corrimos por toda la pequeña casa, nos subimos dando saltos al sofá... No podíamos parar de reír y de cnatar.
Cuando ví que ella iba a salir a la playa subí el volumen para que pudiera escucharse fuera. Bajé del porche trasero de lso padres de Brit y sentí como la arena se me colaba por los tenis. Pero no me detuve.
Ella me acercó a su cuerpo para que pudiéramos bailar agarradas. La luna incipiente nos sonreía en una playa vacía. Sentí su respiración en mi cuello mientras la canción acababa y daba paso a otra.
Y, entonces, una frase de esa canción de Taylor Swift que acudía a mimente siempre durante esos días, me pareció perfecta para la ocasión:
"The night you danced like you knew our lives would never be the same"

CAPÍTULO 32 (PARTE 4)

Ese Lunes, cuando volvimos a casa, decidimos que ese día dormiría en mi casa, ya que el día siguiente lo pasaríamos juntas y así ella podía pasar un poco de tiempo con sus padres.
La besé en el umbral de la puerta. Y cuando nos separamos y abrí los ojos, la vi inclinada, aún con los ojos cerrados y los labios entreabiertos, como esperando más. Y me imaginé reviviendo esa escena una y otra vez a lo largo de mi vida. Y, por un momento, pese a todo el miedo que tenía a perderla, sentí un calor inmenso, me sentí en casa. Y fui plenamente feliz mientras el instante duró.

MARTES
Al día siguiente a media tarde, tras comer con sus padres, nos fuimos en coche. Su madre nos llevaba a la casa que tenían en la playa. Britney y yo íbamos a pasar el día solas y vendrían a buscarnos la mañana del miércoles. Nos despedimos de ella, cogimos las mochilas del maletero y entramos en la casa de la mano.
Cuando noté como crujía el parqué me vino a la mente la imagen de Britney y yo entrando en nuestra futura casa, también de la mano, también sonrientes. Fue solo un sueño mientras estaba despierta, pero al mismo tiempo se convirtió en un propósito de mi vida, lograr esa imagen, mantener a Britney en mi futuro.
Tiramos las cosas en el suelo del salón. Y me acerqué a besarla. A veces me pasaba: sin ningún motivo aparente, necesitaba sentir a Britney, auqnue fuera con un leve roce en el brazo, o notar su pierna al lado de la mía.
Se apoyó en la pared abrazándome. Nos separamos un poco para vernos mejor.
- Bienvenida a tu casa de veraneo - me dijo.
- Es preciosa, la verdad. Pero...que yo sepa es tuya, o de tus padres mejor dicho.
- Si es mia, tuya también.
- Que romántica te me estás volviendo...
Se separó caminando hacia la habitación y mientras me guiñaba un ojo me dijo:
- Siempre lo fui