viernes, 21 de mayo de 2010

CAPÍTULO 21 (PARTE 1)

Sabía que quería a una persona cuando apreciaba compartir hasta sus silencios. Aquella no era una relación más. La quería y ese hecho irrefutable marcaba todo lo demás: los buenos momentos y los malos. Lo sentía todo a flor de piel: los buenos momentos me llenaban de una forma en que no me había pasado nunca y, al mismo tiempo, las peleas con ella eran más intensas, dolían más.
Había asistido como testigo preferente a la “Revolución Britney”; no, no esa en la que Britney Spears cambió el rumbo de la música de su época, quitándole el puesto descaradamente a Madona como reina del pop, si no esa en la que Britney Spencer había cambiado el rumbo de mi vida, apoderándose del puesto del vacío como dueña de mi alma.
De pronto, su risa rompió el silencio.
- ¿Qué pasa? – dije levantando la vista hacia ella.
- Me encanta cuando pones esa cara de concentración. ¿En qué estabas pensando?
- En Mozart – dije señalando el libro de música que tenía delante y que en esos momentos debería estar estudiando para mi examen del día siguiente.
- Pues debe ser interesante…
- No eres nada sutil con la ironía.
- Ni tú nada sutil cuando piensas en mí y me lo niegas.
Sonreí intentando volver a concentrarme en el libro que tenía delante. Estábamos en mi cama sin aprovechar demasiado esa tarde de domingo porque yo tenía que estudiar. Había pasado una semana desde la reconciliación y todo había vuelto a la normalidad, es más, puede que ahora notara a Brit más cercana a mí. Con Vero también lo había solucionado. Tuvieron una conversación en la que yo no estuve presente y en la que nunca llegué a saber qué se dijeron, pero desde entonces estaban igual de bien que antes de las broncas.
Me rozó la pierna con su pie descalzo intentando llamar mi atención y que le hiciera más caso.
- ¿Sabes lo que hace mucho tiempo que me apetece hacer? ¡Dibujarte!
- ¿Qué? ¡No, que corte…!
- Veeenga. Te prometo que no se lo enseñaré a nadie y además así mientras tú estudias me entretengo.
La miré con reticencia. Se echó sobre mí, insinuante.
- O me dejas o…
Empezó a besarme por el cuello.
- Vaaale – la paré antes de que me dejara llevar por mi cuerpo, quedándome sin estudiar nada.
Con una sonrisa de satisfacción se levantó a coger un block de dibujo y se echó en el lado opuesto de la cama.
Intenté volver a concentrarme en los estudios, pero diez minutos más tarde un nuevo pensamiento captó por completo mi atención: faltaba menos de una semana para el cumpleaños de Britney ¿Le gustaría lo que le había preparado?

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