jueves, 4 de marzo de 2010

CAPÍTULO 12 (PARTE 2)

- A ver hablemos de verdad ¿te gustó? - volvió a preguntar poniéndose seria.
Asentí.
- Fue increíble, más especial de lo que esperaba. Al principio estaba muy nerviosa pero me tranquilizó y a partir de ahí todo fue fácil, me dejé llevar...
Me miró con curiosidad pero sin atreverse a preguntar más.
- Ella hizo que fuera divertido, dulce y romántico pero a la vez sensual y sexy.
- Suena bien.
- ESTUVO bien.
Se rió y me sacó la lengua.
- ¿Sabes? Me dais envidia.
Eso sí me sorprendió bastante.
- ¿Por?
- Porque estás enamorada de alguien que también lo está de ti y estáis juntas, os va bien.
- Bueno, pero tú tienes a Pablo.
- Ya, pero no es lo mismo.
- ¿Cuál es la diferencia?
- Pues que yo no estoy enamorada de él, ni él de mí.
- ¿En serio? Creí... no sé, la primera vez que me hablaste de él pensé que esto era distinto.
- Y es distinto, me gusta más que los anteriores. Pero aún así...
- Ya, que no le quieres - añadí.
- Eso mismo. Simplemente no es la persona en la que pienso cuando me voy a dormir, ni necesito hablar con él todos los días, ni siento eso que se supone que hay que sentir.
- ¿El cosquilleo en el estómago y eso?
- Sí.
Se quedó pensativa mirando por la ventana, los árboles nevados pasaban a toda velocidad al lado de la carretera.
- ¿Estás bien? - le pregunté al cabo de un rato.
- Sí, es solo... estoy pensando.
- ¿En qué?
- En que yo nunca tendré una primera vez como la tuya... y me habría gustado.
Me descolocó por completo.
- No por el hecho de que fuera con una mujer - continuó - sino porque fue romántica y especial. A veces tengo la sensación de que nunca me fijaré en la persona adecuada, de que nunca me voy a enamorar.
- ¡Ey! - dije cogiéndole la mano que tenía apoyada en el respaldo de delante - Créeme pasará, solo tienes que esperar a que la persona adecuada aparezca.
- ¿Y si no aparece? ¿Y si siguen viéndome siempre como la chica con la que se lo pasan bien en la cama?
- Mira, nadie en su sano juicio podría estar tan ciego como para no ver que eres increíble.
- Lo dices porque eres mi amiga.
- ¡Lo digo porque es verdad! Para ser sincera, si no fueras mi mejor amiga hace tiempo que te habría entrado.
- ¡Venga ya!
- ¡Vero, por favor! No te das cuenta pero iluminas la habitación cada vez que entras...
Se puso algo colorada y para que se notara menos apoyó la cabeza en mi hombro.

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