jueves, 4 de marzo de 2010

CAPÍTULO 12 (PARTE 1)

Esa mañana después de nuestra primera vez, cuando bajábamos por el ascensor del hotel hasta la recepción estaba tan exhausta como feliz. Los profesores nos habían pedido que estuviéramos allí a las ocho y media, antes de ir todos juntos a desayunar. Britney y yo bajamos corriendo creyendo que llegábamos tarde. Cuando la puerta del ascensor se abrió vimos que los profesores aún no habían llegado y que los que tendríamos que esperar seríamos los alumnos.
Britney se fue a saludar a un chico de nuestra clase con el que se llevaba muy bien, mientras yo buscaba a Vero. La encontré en uno de los pocos sillones que había en la recepción. Yo llevaba las gafas de sol puestas porque tenía la vista muy cansada de no haber dormido y las luces me molestaban.
- ¿Noche en vela? - preguntó Vero con una sonrisa canalla haciéndome un sitio en el estrecho sofá.
- La ayudaste a prepararlo ¿verdad?
Puso cara de sorpresa.
- ¿Te lo ha dicho ella?
- No, pero Brit estuvo conmigo casi todo el día ayer así que no pudo prepararlo y además alguien tuvo que encender las velas antes de que Britney y yo llegáramos...
- A veces se me olvida que eres lista...
La abracé y le susurré al oído "gracias por ayudarla".
- Ya sabes que eres la persona a la que más quiero en el mundo; solo quería ayudar a verte aún más feliz.
- ¡Aish! ¿Qué haría yo sin ti?
- Aburrirte - lo dijo haciendo un gesto con los brazos como indicando que era obvio. No pude evitar echarme a reír - Además, me moría por verte con esa cara.
- ¿Qué cara?
- La de "hoy me he follado a la persona a la que amo".
- ¡Vero!
- ¿Qué? - dijo riendo.
Sacudí la cabeza dándole a entender que era un caso perdido.
- ¿Por qué te querré tanto? - dije volviendo a abrazarla.
- ¡Ey, no sobes tanto a mi novia! - dijo Britney de coña.
Vero no se rio y puso mala cara, bien porque no le hizo gracia o bien porque pensó que iba en serio.
Britney me traía un vaso de café de la máquina que había a la entrada del hotel.
- Mmmmm, gracias - dije antes de darle un pico.
- No hay de qué. Lo traje porque pensé que estos no dan llegado y que nos haría falta un poco de cafeína...
Diez minutos después los profesores llegaron y nos fuimos a desayunar. Más tarde, sentadas en el autobús y de camino al lugar que visitábamos ese día, Vero me preguntó por la noche con Britney.
- Y entonces ¿qué? ¿Fue tan maravilloso como esperabas?
- ¿El qué?
- ¡Tu primera vez!
Hablábamos bajito para que no se enteraran los que iban delante en el autobús.
- ¿Qué te hace pensar que no fue una mierda? - le dije. Y reconozco que lo hice con el único propósito de hacerme la interesante y picarla un poco.
- Hombre pues no sé... tal vez lo creo porque ella fue muy cariñosa contigo trayéndote el café, porque la besaste delante de toda la recepción, porque llevas las gafas de sol desde las ocho y media de la mañana, porque tienes una sonrisa increíble pegada en la cara... y bueno, digamos que el enorme chupetón que tienes en el cuello y que intentas esconder con la bufanda no es lo que yo llamo discreto.
- ¿Tanto se nota? - dije llevándome la mano al cuello instintivamente.
- Con la bufanda no, lo que pasa es que en el desayuno te picaba el cuello y te la levantaste para rascarte, por eso lo vi.
- ¿Alguna vez habrá algo que se te escape?
- No sé. Pero cuando intentes ocultarme algo esfuérzate más al menos - dijo con una sonrisa de superioridad. Y lo peor es que tenía razón, no podía ocultarle nada, me conocía mejor que yo a mí misma.

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