lunes, 1 de febrero de 2010

CAPÍTULO 6 (PARTE 3)

Después de la comida con mi familia y de la larga sobremesa comencé a arreglarme. Serían las ocho más o menos. Mi padre me había llamado por la mañana para felicitarme y una semana antes me había enviado un libro como regalo. Nunca se lo he dicho pero preferiría que no me regalase nada y simplemente viniera a verme el día de mi cumple. Pero nunca lo hacía... Llevaba años sin estar conmigo ese día y éste solo sería un año más.
Diego también apareció para regalarme una camiseta preciosa que le prometí que me pondría esa misma noche. Luego volvió a su casa para ducharse y cambiarse. Además casi no pudimos hablar porque mis abuelos, mis tíos y mis primos andaban todos por allí.
- Ok me voy - me dijo - pero esta noche sin falta me cuentas lo de que besaste a una chica. No creas que se me olvidó...
Puse los ojos en blanco.
- Vaaale, esta noche.
Nos despedimos y seguí arreglándome. Había quedado con Britney en el portal quince minutos antes que con los demás. Yo ni siquiera tenía la ilusión de que se acordara de mi cumple porque solo lo habíamos mencionado una vez desde que la conocí. Y aunque se acordara tampoco tenía por qué regalarme nada, al fin y al cabo aún no habíamos ni hablado de qué tipo de relación teníamos y de si íbamos en serio o no. Para mí estaba claro que yo quería estar con ella exclusivamente y no solo como un lío más. Pero para eso ambas personas tenían que desear lo mismo y sobre todo, tenían que hablarlo.
Cuando bajé al portal ella estaba cotilleando en los buzones. Llevaba unos vaqueros grises y una camiseta negra de tirantes. El pelo un poco ondulado en esta ocasión, le caía sobre los hombros. Una vez más estaba realmente guapa. Es algo a lo que, aunque habíamos quedado varias veces, no llegaba a acostumbrarme. Bajé la rampa y noté cuando le abrazaba que tenía una mano detrás de la espalda escondiendo algo.
- ¿Qué es eso? - dije con curiosidad.
- ¿Qué es qué? - intentó hacerse la tonta pero por mi cara vio que no le había funcionado demasiado bien - No coló ¿no?
- Me da que no... ¿Qué es?
- Tu regalo.
- ¿Mi regalo?
- ¿Creías que me había olvidado de tu cumple?
Ambas sonreímos y sacó un paquetito envuelto en papel de regalo. Yo ya iba a cogerlo pero lo echó hacia atrás para que no lo alcanzara.
- Espera. Quiero explicarte algo - dijo algo nerviosa y mirando al suelo - Yo... no tengo muy claro... Aún no hemos hablado de esto y puesto que hoy es tu cumpleaños quería dejar claro lo que siento. Yo no sé qué piensas tú pero quería que supieras que me gustas mucho y que pienso a todas horas en ti. Aún no estoy segura de que tú quieras una relación estable con una chica; pero es lo que yo quiero. Tengo miedo a...
- ¿A qué? - dije yo al ver que no seguía.
- A ser solo el rollo de una chica hetero que quiere probar algo nuevo.
- ¿Qué? No eres eso para nada. A mí nunca me había gustado alguien así, de esta forma, con esta intensidad. Pero también tengo miedo.
- ¿De qué?
- Tú tienes más experiencia y ya has estado con chicas antes, no quiero ser solo una más.
- No eres una chica más, Amy. Eres MI chica.
La abracé de nuevo. Y sin separarme de ella le dije:
- ¿Entonces estamos de acuerdo? Nada de liarse con otras.
- Ni con otros - me dijo.
Asentí.
- ¿Puedo ver por fin mi regalo?
- Jaja, claro.
Rompí el papel de regalo con mis manos algo temblorosas. Era un anillo de plata pero con una franja, que recorría la parte central, de color azul. Me encantó.
- Tiene algo grabado - dijo poniéndose un poco colorada.
"Siempre estaré contigo" Eso era lo que ponía. Me dio un vuelco el corazón cuando lo leí. Me puse el anillo y sin importarme que aún estuviéramos en el portal de mi casa y que o mis hermanos o mi madre o algún vecino pudiera bajar, la besé.
Como yo aún no le había dicho a nadie que estaba con Britney (a excepción de Vero) al principio intentamos que no se notara mucho y nos controlamos bastante a la hora de tocarnos o abrazarnos. Pero creo que a medida que pasaba la noche y que el nivel de alcohol en mis venas iba aumentando me costaba más no ser tan cariñosa con ella y creo que a Britney le pasaba lo mismo.
Cuando estábamos en la plaza delante del ayuntamiento, hora y media después de que hubiéramos quedado, y Britney se había ido un momento con Vero; Diego se me acercó con su nuevo rollo (Jéssica) y me preguntó a qué chica había besado. Me sorprendió un poco que lo hiciera allí, delante de Jessica y de repente pero me di cuenta de que ya empezaba a estar... llamémoslo "contentillo". Jéssica nos miró algo asombrada.
- ¿Y por qué quieres saberlo? - le dije evadiendo el tema.
- Porque soy tu mejor amigo. Y además el hecho de que evites responder a la pregunta y de que no me lo hayas contado antes me da a entender que es importante.
Levanté la mirada y en ese momento Britney venía hacia nosotros. Se sentó a mi lado.
- ¿Qué tal va tu cumple? - me dijo mientras ponía una mano en mi pierna.
- ¡Genial! Es un cumpleaños prácticamente perfecto.
Para que Jéssica y Diego no lo oyeran se me acercó más y me susurró al oído:
- Haré todo lo que pueda para que a partir de ahora todos tus cumples sean perfectos.
Automáticamente una sonrisa se me dibujó en la cara.
- A ver si es verdad... - le dije.
Por un momento se me olvidó que no estábamos solas, que Diego y Jéssica estaban allí. Era algo a lo que empezaba a acostumbrarme cuando estaba con Britney.
- ¡Ey Brit! - gritó Vero de repente desde el banco de al lado - Ven un momento.
Después de mirarme sonriendo y darme un pequeño empujón con el hombro se fue con Vero.
Diego quiso insistir en el tema de a qué chica había besado. Y en cuanto lo preguntó Jéssica dijo en voz baja:
- ¡Joder!
- ¿Qué? - preguntó Diego desconcertado.
- ¿En serio? ¡Hombres...! - Dijo ella poniendo los ojos en blanco - ¿estás ciego o qué?
La miré sorprendida.
- ¿Tan evidente es? - pregunté.
- Al parecer solo para las mujeres.
- Tampoco debería extrañarnos que los tíos no se enteren de nada.
- Ya - coincidió ella - Y sin embargo siguen sorprendiéndonos con su habilidad para no ver lo que pasa delante de sus propias narices.
No pude evitar echarme a reír. Esa chica me estaba empezando a caer bien.
- ¿Qué me he perdido? - dijo Diego.
Me levanté y poniéndole una mano en el brazo le dije que la chica a la que había besado era Britney. Inmediatamente puso unos ojos como platos.
- ¡Guau! - dijo - Eso puedo imaginármelo...
- ¡Oye! - Jéssica le dio un puñetazo en el hombro.
Me fui para que hablaran, dejando a Diego totalmente sorprendido por mi confesión.

Me lo pasé fenomenal el resto de la noche. Fuimos a la discoteca y bailé hasta las tantas. Entre las copas acumuladas durante toda la noche, que nunca había estado en una discoteca antes, el calor y que ver a Britney bailar me volvía loca no pude evitar cogerla de la mano y susurrar algo como que íbamos al baño para sacarla de allí y poder besarla sin convertirme por ello en el centro de atención de la discoteca. En la zona de los baños y sin gente alrededor en ese momento, nos liamos por primera vez. No fue uno o dos besos, como las veces anteriores. Estuvimos allí unos diez minutos, parando únicamente para coger aliento. No quería separarme de ella ni un segundo aunque sabía que tarde o temprano tendríamos que volver. Nadie me había besado antes con tanta pasión y yo no dejaba de recorrer su cuerpo con mis manos y de acercarla a mí, como si quisiera que nos convirtiéramos en una sola persona. Supongo que durante esos diez minutos pasó gente por allí y nos vio, pero ni me di cuenta ni me importó. Era realmente feliz con Britney a mi lado.
Cuando empezaba a resultar increíble que hubiéramos estado tanto tiempo en el baño bajamos.
- ¿Había cola? - me dijo Vero con una sonrisa pícara.
- No la suficiente - le susurró Britney después de mirarme.
Las tres nos echamos a reír.

Creo sinceramente que ese día en el que cumplí 16 años, ese cumpleaños del 2008, fue el mejor de mi vida. Y quizás, si no hubiera sido por la ausencia de mi padre, habría sido el cumpleaños perfecto.

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