domingo, 3 de abril de 2011

CAPÍTULO 32 (PARTE 6)

Después de unas cuantas canciones, entré a apagar el equipo de música. Al salir me fijé en lo que Britney se había puesto para estar más cómoda; antes no me había dado cuenta por la emoción del momento del baile. Llevaba unos shorts oscuros, marrones (que tengo que decir que le hacían un culo perfecto), una camiseta blanca simple y una chaqueta color beige de punto, sin abrochar. Como siempre, estaba preciosa. Britney me gustaba vestida con cualquier cosa, sin vestir, maquillada, al natural, arreglada o vestida para andar por casa… daba igual lo que se pusiera o cómo se peinara, me encantaba. Pero sí es cierto que si tenía que elegir prefería verla sin maquillar y vestida con ropa cómoda, prefería verla tal y como estaría en nuestra casa, tal vez por si ese sueño de compartir un apartamento, una casa o una vida no llegaba a materializarse.
Cuando volví a la playa me acerqué a preguntarle:
- ¿Qué quieres hacer?
- ¿Paseamos?
Asentí mientras pasaba un brazo por encima de su cintura. No me había descalzado en la casa, así que me quité los tenis y los llevé con la mano que tenía libre. Siempre me encantó esa sensación de notar cómo los pies se hundían el arena.
El sol rojizo brillaba sobre el agua, provocando extraños reflejos. Me di cuenta de que era nuestra primera visita juntas a la playa; y eso me entristeció un poco. ¡Nos quedaban tantas cosas por hacer! ¿Y si no había tiempo? ¿A dónde irían todos nuestros planes, nuestro futuro, nuestros “y si…”? ¿A dónde van los sueños que no se hacen realidad? ¿Existe algún lugar donde llevamos esa vida que habríamos tenido si hubiéramos tomado cierta decisión de manera diferente, si algo no hubiera ocurrido de la misma forma?¿Acabaría mi vida con Britney en ese mundo paralelo?¿Podría vivir esta vida, mi vida, sin ella? Lo que tenía claro, es que no quería tener la oportunidad de saber la respuesta a esa pregunta. No quería no tenerla en mi vida. No quería despertarme cinco años después, en una casa que no fuera la nuestra, en una cama en la que hubiera hecho el amor con alguien que no fuera ella, con un perro al que no puso ella uno de esos nombres tan extravagantes que se le ocurrían. Quería lo nuestro con desesperación. Amaba todas esas ideas como la amaba a ella, al igual que adoraba todo lo que habíamos tenido hasta ahora, toda esa magia. “I was screaming: long live all the magic we made”
Britney apretó mi mano para atraer mi atención.
- ¿Todo bien?
Fue entonces cuando decidí dejar de pensar en un posible futuro negro y un pasado mágico y centrarme en un presente repleto de posibilidades.

1 comentario:

  1. y qué cierto. ¿Cuántas veces vivimos nuestro presente a través del recuerdo y del sueño?
    Qué bien hace Amy en darse cuenta de la suerte que tiene en su presente, sea lo que sea que el futuro reserve para ella (que espero de verdad que no sea algo feo).

    ResponderEliminar